Bernardo

Probablemente no haya en nuestra vida un instante más terrible que aquel en que uno descubre que su padre es un hombre… hecho de carne humana.

El respeto por la verdad es casi el fundamento de toda moral. “Nada puede surgir de la nada”. Esto es un profundo pensamiento si uno concibe hasta qué punto puede ser inestable “la verdad”.

lunes, octubre 09, 2006

Delincuencia

Son las 22:35, 09 de Octubre de 2006 (Mi mes). Me duele la cabeza. Pero aún así sigo pensando.

Hoy fui a almorzar con mis padres (a su casa). Hablé un rato con ellos y mi padre me contó que anda un poco preocupado por la delincuencia. Hace unas semanas un joven trato de asaltarlo y desde ese día anda un poco sensible con esos temas. Es increíble como vez las cosas luego que te han pasado.

Durante el viaje de vuelta al depto, iba leyendo un libro y pensando acerca de la vida. Pensar en un tema y leer acerca de otro es mi pasatiempo favorito. El asunto es, que en un momento se detuvo la micro (si, viajaba en micro, siempre lo hago) y subieron 2 jóvenes (cada vez que digo la palabra “joven” me siento más viejo… es el poder de una palabra), y pidieron al conductor si los podía llevar gratis. En ese momento comencé a pensar en lo difícil que me cuesta pedir las cosas. No me gusta pedir que me lleven gratis. Traté de llegar al fondo de esa actitud y me di cuenta que no me gusta pedir, por que después de pedir algo, siento que debo cambiar mi actitud y ser un poco amable con la persona que me concedió el favor, inclusive aguantar algún tipo de talla pesada que me pueda decir. En cambio si no pido que me lleven, puedo (si quiero) no pescar al conductor o tratarlo mal (depende de si ando en mis días especiales), o simplemente ser el detestable tipo que soy (y que adoro ser).

En fin… estaba pensando en eso, y en muchas cosas más (alrededor de 15 minutos desde que subieron los jóvenes), cuando se detiene bruscamente la micro y siento un ruido cerca del conductor. Rápidamente miré y me percaté de que los jóvenes que habían pedido que los llevarán (que se supone habían caminado al fondo de la micro), bajaban de la micro, corriendo.

Ellos habían subido a la micro para asaltar al chofer. Todo el asalto no duró más de 1 minuto. Traté de recordar la cara de los delincuentes, por que otro nombre no merecen y recreé sus rostros en mi mente.

La micro comenzó a andar nuevamente, los pasajeros volvieron a conversar acerca de la vida y el conductor, con cara de “otra vez, pero debo seguir trabajando”, continuo en lo suyo. Yo le di vueltas al asunto un rato y volví a mi libro.

No me gusta la delincuencia. No me gusta la sensación que me deja ver un delito. No me gusta ver como las personas, sobre todo los jóvenes, realizan ese tipo de actos.

En esos momentos me gustaría ser un todo poderoso, para impartir un castigo y reformar a las personas. Me alegra que dios no me diera ese poder, por que estoy seguro que fácilmente me habría convertido en un tirano. Esto lo sé, por que justifico la idea de un “ser” que viva miles de años y que tenga el control de este universo para reformarlo a su gusto, y realizar su visión de lo bueno y lo malo. No sé si fue bueno haber leído “Dios Emperador”.

1 Comments:

At 1:11 a.m., Anonymous Anónimo said...

últimamente me ha dado por vagar por los blogs y he encontrado cosas realmente interesantes. No logró entender si la gente no hace comentarios porque no los lee o los leen y no les nacen ideas para comentar.

Bueno, el caso es que tu artículo me gusto por narrar cosas reales y me parece que pone de manifiesto la indiferencia de la sociedad. Una pesada carga para el creador darle vida a seres que se ensañan en otros seres y otros que ni siquieran ven la realidad.

 

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