Un cuento del tío
El día miércoles 18, después de salir del Banco, caminaba por la calle “Guardia Vieja” (entre Providencia y 11 de Septiembre). En eso pasan 2 personas al lado mío (demasiado cerca), que lo único que pensé fue: “Me quieren asaltar” (se prendió una alarma dentro de mi). Uno de ellos, lo llamaremos “Ejecutivo”, iba vestido formalmente, además llevaba varios papeles en la mano, con lo cual uno suponía que estaba haciendo tramites varios. La otra persona, lo llamaremos “Humilde”, iba vestida con una cotona azul y tenia la apariencia de una persona muy humilde.
“Ejecutivo” atravesó la calle y se le calló un paquete (yo no vi cuando se le cayo) y “Humilde” lo recogió. “Humilde” le grito a “Ejecutivo”: “Caballero, caballero”. Pero “Ejecutivo” cero pescando. Yo miré a “Humilde” y luego a “Ejecutivo”, luego también grite: “Caballero, Caballero”. Hasta ahí mi aporte (Gritar en la calle es una lata). Entonces “Humilde” me miró y me dice: “Que leso el caballero”. Entonces me mostró lo que se le había caído a “Ejecutivo”, que era un fajo de billetes de 5 mil, 10 mil y 20 mil. Calculo que el fajo debía representar unos 500 mil o más. “Humilde” me dice: “¿Vamonos a media?”.
Aquí debo hacer una pausa para explicar algo. Si veo que ha alguien se le cae algo, lo recojo, luego corro hasta la persona que se le cayó y se lo entrego. Fin de la historia.
Inconcientemente espero que las demás personas hagan lo mismo.
Pero, si analizo mi lado “B”, que seria completamente opuesto a lo que soy, tomaría lo que se le cayó a la persona y lo dejaría completamente para mí (nada de compartir).
Dado estos 2 antecedentes, lo que hizo “Humilde” me desconcertó. Ya que no corrió donde “Ejecutivo” ni tampoco se lo dejó todo para él.
Si a esto agregamos la alarma interna, no estaba ni ahí con hacerme participe de eso.
Miré a “Humilde”, me alejé 2 pasos, estiré mi brazo derecho, empuñé mi mano, levanté el dedo pulgar, hice el símbolo universal de “Acepto” y le dije: “Suerte”. Luego seguí caminando, sin dejar de mirar de reojo a “Humilde”. Al llegar a la esquina me fijé en “Ejecutivo”, que mientras caminaba iba mirando hacia atrás, a través de vitrinas. “Ejecutivo” al ver que yo no había caído en el truco, se devolvió en dirección a la entrada del banco. Supongo que se quedan fuera esperando a personas con cara de “gil” o con cara de “pillo” (que acepten el truco para ganar algo).
Supongo que debo tener cara de “pillo”, aunque a veces tengo una cara de “gil” que te la encargo.

